Del síndrome de la impostora al techo de cristal: la sociedad invisibiliza el talento femenino
¿Qué tal si dejamos de culpabilizar a las mujeres por tener menos visibilidad que sus colegas masculinos? Si a las barreras arquitectónicas del techo de cristal y el suelo pegajoso, las geográficas como el acantilado de cristal y las mentales como el síndrome de la impostora tenemos que sumar también la mochila de la culpa por no ser visibles, su peso solo nos aplastará. Que se oiga a las mujeres con la misma claridad es una tarea de todos, no de ellas. Que las líderes invisibles den un paso más y se atrevan a cruzar ese umbral que las separa de la visibilidad, es una responsabilidad de las empresas y de la sociedad, y de los hombres, no solo de ellas. Porque dar a conocer el talento femenino es pisar el acelerador de la igualdad.
Las mujeres líderes están infrarrepresentadas en la conversación digital, solo un 25% de los mensajes se refieren a ellas. Pero es particularmente preocupante la escasísima visibilidad de las empresarias, presentes en menos de 1 de cada 200 mensajes en España. Las diferencias en el trato son evidentes: ellas obtienen más muestras de afecto, pero también se les dedica un lenguaje más infantilizante y son asociadas con más frecuencia a su relación de pareja o familiar. Además, atributos como sexy aparecen 3 veces más vinculados a mujeres que a hombres.
Son algunas conclusiones del informe Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad. Análisis de la conversación digital sobre referentes en la política, la empresa y el periodismo, elaborado por LLYC, que ha analizado la conversación en Twitter de un año en torno a perfiles de 360 hombres y 360 mujeres líderes en 12 países.