Luisa García

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Entrevista en magasIN, de El Español. «¿Por qué hay menos mujeres en conferencias?: las causas y trucos para acabar con la desigualdad.»

Daniel FernándezDaniel Fernández

El hilo iniciado en Twitter por Luisa García, Socia y CEO Europa en LLYC ha abierto el debate sobre la poca presencia de expertas en las conferencias y mesas españolas. Analizamos con ella las causas principales y los trucos para conseguir una mayor equidad.

¿Cuántas mujeres has visto que formen parte de conferencias, mesas de debate y eventos corporativos? Seguramente te vengan a la mente muy pocas. Este hecho que refleja la desigualdad existente en todos los sectores ha sido el punto de inflexión de Luisa García, Socia y CEO Europa en LLYC. Luisa se ha dedicado con pasión durante más de 20 años a la consultoría de comunicación, especialmente en proyectos de alto impacto para multinacionales como Coca-Cola, ABInbev o Telefónica y ha sido reconocida como Mujer del Año en Comunicación y en Servicios Corporativos por los Stevie Awards for Women in Business y, durante dos años consecutivos, como una de las 50 mujeres de negocios más influyentes en América Latina.

Tras observar que en los eventos que organizaba había una presencia de mujeres muy baja y que además muchas de ellas rechazaban acudir a los mismos decidió abrir el debate en su cuenta de Twitter. «Queremos + mujeres en conferencias y paneles, pero mujeres a las q invitamos declinan muchas + veces q los hombres (que casi siempre aceptan). Los equipos q organizan los eventos y se esfuerzan x tener balance de género se frustran. ¿Xq pensáis que pasa? ¿Q podemos hacer mejor?», escribía en un tweet.

A partir de ahí, un hilo de respuestas ofrecía una visión muy amplia llena de opiniones y experiencias personales que le otorgaban algunas claves para responder a la gran pregunta: ¿Por qué hay menos mujeres en las conferencias que hombres?

Escasez de perfiles

Luisa García he recogido diversas causas que explicarían esta situación, tal y como nos cuenta en su entrevista con EL ESPAÑOL. «Hay que tener más candidatas e invitadas porque el problema es que seguimos teniendo pocos perfiles en comparación el total de expertos. Si tienes pocos perfiles de mujeres dentro de un sector y estas pocas te dicen que no pueden acudir, te quedas sin ninguna. Sin embargo, si tenemos una lista con más perfiles puedes tener más posibilidades de que acudan más», explica.

Ante este problema, García asegura que hay que acudir a las asociaciones y organizaciones de mujeres profesionales que ponen a disposición de quien lo pide directorios de expertas entre sus socias o referentes en las distintas disciplinas. Especialistas que «suelen están disponibles y encantadas de participar». Enfocar bien el tema también es esencial. «Hay que evitar temas demasiado abiertos o generalistas, esto ayuda a que las speakers a seleccionar bien sobre qué prepararse, sentirse más seguras y usar de manera más eficiente el tiempo que tienen para el trabajo previo».

Dentro del mismo caso, García afirma que un buen truco es pedir a aquellas mujeres que les sea imposible acudir al evento la recomendación de otras compañeras, ya que como explica «cada vez están más conectadas las mujeres profesionales en networks e iniciativas, y son una referencia clarísima».

Difícil conciliación

Una de las causas principales que se ha repetido en muchos de los comentarios al hilo es el problema de la conciliación, que afecta de una forma directa a las mujeres. «Por una parte afectan los horarios. Si son eventos profesionales hagámoslos en jornada laboral. Suelen ser a las siete de la tarde o conferencias con cena, o temprano en la mañana cuando hay que llevar a los niños al colegio. Es importante que desde las empresas se deje claro a las profesionales que participar en este tipo de eventos y tener esta visibilidad es parte del trabajo, no es una actividad extracurricular», afirma Luisa.

También hay que destacar que la preparación previa a este tipo de eventos requiere de una dedicación de horas extra a la jornada laboral, como una tarea adicional que limita el poco tiempo que se tiene para la vida personal, lo que muchas veces lleva a las expertas a rechazar la oferta de su participación.

«Es esencia el rol de las empresas como facilitadoras para que las profesionales participen. Hay que hacer explícito que se valora, como un punto positivo, que seas un referente en tu sector. Y, además, las empresas pueden sumar un montón si ayudan a estas profesionales a estar mejor preparadas, con cursos de mejora de oratoria, por ejemplo. En el hilo de Twitter muchas mujeres mencionaban el síndrome de la impostora, esa búsqueda de perfeccionismo que se mezcla con la inseguridad por el techo de cristal. «Si una mujer se siente preparada será más fácil que diga que si participa en eventos», explica la CEO.

Networking, cosa de hombres

Otra de las conclusiones importantes que se sacan de esta problemática es que las mujeres son menos asiduas a realizar networking. Muchos puestos de alto nivel se deciden en cañas después del trabajo o incluso en eventos deportivos como partidos de fútbol. «Está demostrado que las mujeres tenemos un nivel de autoexigencia muy alto y el tiempo que nuestros colegas masculinos dedican al networking, nosotras lo dedicamos a que la tarea esté hecha perfecta, hasta la última coma, incluso cuando no es necesario», relata Luisa García.

Aquí se aprecia un riesgo de sobre-preparación ocasionado por un alto nivel de exigencia que se relaciona de forma directa con el ya mencionado síndrome de la impostora. Otro de los problemas a los que se enfrentan las empresas es a la falta de datos que demuestren esta situación. «Esa es otra de las conclusiones, que no tenemos data. Cada vez tenemos más información que nos ayudan a encontrar las verdades causas en las brechas en igualdad y esta sería una de ellas», afirma García.

El rol de la moderadora

La imposibilidad de muchas mujeres para formar parte de estas conferencias como ponentes les lleva a ocupar otros puestos en dichos eventos, como el rol de moderadora. La razón es que esta figura no requiere de tanto tiempo de preparación, y en muchas ocasiones es otorgado a una mujer experta para que exista una igualdad en la ponencia, cuando no ese feminismo no es real.

«Lamentablemente ocurre, es una salida intermedia cuando no encuentras a las mujeres speakers. Bien porque no has podio buscar más candidatas o porque te dicen que no. A veces es más sencillo encontrar un perfil menos especializado o que no tenga que dedicar tanto tiempo a prepararlo y que encaja con esta labor de moderación. Esto también tiene un efecto contraproducente, porque no es realmente un panel paritario sino que parece que es para cubrir el expediente», confiesa la CEO, que está buscando herramientas para cambiar esta situación tan común.

«Hay maneras de cambiarlo y no hay que rendirse, porque hemos llegado a la conclusión de que hay formas de hacerlo mejor. No es un camino fácil, pero hay que hacerlo entre todas, unidas y aprendiendo en el camino», concluye Luisa García.